Hay que….palabras con que comienzan muchas frases del léxico local y que significa básicamente que algo tiene que hacerse cuanto antes. Eso sí, no me miren a mi para hacerlo, dejen la joda que ya están mayorcitos, pues estoy muy ocupado observando la magnifica estructura concéntrica de mi ombligo...
El “hay que” es utilizado en todos los ambientes de la sociedad. A nivel doméstico, por ejemplo…“Hay que pasear al perro…”, “Hay que comprar pan….”, “Hay que llevar el mocoso a la escuela…”, “Hay que pagar el teléfono…”, etc. La letanía se puede extender al infinitum hasta que el receptor pasivo del "hay que" para de tajo la verborrea diciendo “Hay que mandarte al coño de tu madre….”. Normalmente tras esta iluminada frase es que se forma el peo, hasta que alguien dice “Hay que hacer algo con este matrimonio…”, que es cuando comienza de nuevo la retahíla.
En el trabajo “Hay que madarle al jefe esas estadísticas puñeteras….”, “Hay que trabajar el fin de semana….”, “Hay que atender al fiscal del Seniat…”, “Hay que comportarse bien y dejar de verle el culo a la secretaria…” etc. En el ámbito laboral, sin embargo, existen actividades para las cuales el “hay que” no se utiliza, pues existen suficientes voluntarios para llevar a cabo la acción correspondiente. Por ejemplo, jalar bolas a diestro y siniestro, adornarse con plumas ajenas, reírse de los chistes del jefe, respaldar efusívamente cualquier disparate que se le ocurra a la superioridad, son, entre muchos, casos que no se pueden delegar la acción en irresponsables compañeros, no vayan a poner la torta. Es decir si se trata de jalar bolas, ahí estoy yo…déjense de vainas.
Donde el “hay que” llega a niveles sublimes es en el campo de la política. En nuestro medio ha proliferado, de unos años para acá y particularmente en la oposición, lo que se podría denominar el “político refrigerado”. Esta especie presenta un problema somático y es que no puede hablar al menos que haya aire acondicionado (dinos algo, Gerardo..). Algunos científicos piensan que este fenómeno se debe a que las ideas que esta gente son tan abrasivas e incandescentes, que necesitan una atmósfera suficientemente fría, para evitar un cortocircuito en las neuronas por efecto de recalentamiento. A esta gente, póngalos en una plaza pública, en una tarima y no aguantan…se derriten. Pero póngalos enfrente a una cámara de TV a 18 grados y observen lo fieras que son….que bien se expresan los hijoeputas, piensa uno.
Pues sí, estos especimenes emiten frases tales como “Hay que educar a la población ….”, “Hay que resolver el problema de la inseguridad….”,”Hay que tumbar el gobierno….”. Hay una frase que tiene una particular exquisitez…”Hay que crear conciencia…..”, ¿conciencia de que? …nadie tiene la menor puta idea, pero suena muy bien.
Por supuesto los “Hay que” políticos no inspiran, ni mueven a nadie a hacer absolutamente nada, nunca. Su única función es permitir a quienes dirigen estos programas de radio y TV, a meter cuñas interminables de “relojes respaldados por la Marina de Suiza” o laxantes para una evacuación feliz y ganarse jugosos churupos. Churupos necesarios para pasar una larga estadía en Miami o en Europa a fin de descargar estrés. ¿Algo que comentar, Marianela? ¿O tú, Marta? Oye, Cesar Miguel, no te hagas el loco...
Por cierto, hay que comentar….
El “hay que” es utilizado en todos los ambientes de la sociedad. A nivel doméstico, por ejemplo…“Hay que pasear al perro…”, “Hay que comprar pan….”, “Hay que llevar el mocoso a la escuela…”, “Hay que pagar el teléfono…”, etc. La letanía se puede extender al infinitum hasta que el receptor pasivo del "hay que" para de tajo la verborrea diciendo “Hay que mandarte al coño de tu madre….”. Normalmente tras esta iluminada frase es que se forma el peo, hasta que alguien dice “Hay que hacer algo con este matrimonio…”, que es cuando comienza de nuevo la retahíla.
En el trabajo “Hay que madarle al jefe esas estadísticas puñeteras….”, “Hay que trabajar el fin de semana….”, “Hay que atender al fiscal del Seniat…”, “Hay que comportarse bien y dejar de verle el culo a la secretaria…” etc. En el ámbito laboral, sin embargo, existen actividades para las cuales el “hay que” no se utiliza, pues existen suficientes voluntarios para llevar a cabo la acción correspondiente. Por ejemplo, jalar bolas a diestro y siniestro, adornarse con plumas ajenas, reírse de los chistes del jefe, respaldar efusívamente cualquier disparate que se le ocurra a la superioridad, son, entre muchos, casos que no se pueden delegar la acción en irresponsables compañeros, no vayan a poner la torta. Es decir si se trata de jalar bolas, ahí estoy yo…déjense de vainas.
Donde el “hay que” llega a niveles sublimes es en el campo de la política. En nuestro medio ha proliferado, de unos años para acá y particularmente en la oposición, lo que se podría denominar el “político refrigerado”. Esta especie presenta un problema somático y es que no puede hablar al menos que haya aire acondicionado (dinos algo, Gerardo..). Algunos científicos piensan que este fenómeno se debe a que las ideas que esta gente son tan abrasivas e incandescentes, que necesitan una atmósfera suficientemente fría, para evitar un cortocircuito en las neuronas por efecto de recalentamiento. A esta gente, póngalos en una plaza pública, en una tarima y no aguantan…se derriten. Pero póngalos enfrente a una cámara de TV a 18 grados y observen lo fieras que son….que bien se expresan los hijoeputas, piensa uno.
Pues sí, estos especimenes emiten frases tales como “Hay que educar a la población ….”, “Hay que resolver el problema de la inseguridad….”,”Hay que tumbar el gobierno….”. Hay una frase que tiene una particular exquisitez…”Hay que crear conciencia…..”, ¿conciencia de que? …nadie tiene la menor puta idea, pero suena muy bien.
Por supuesto los “Hay que” políticos no inspiran, ni mueven a nadie a hacer absolutamente nada, nunca. Su única función es permitir a quienes dirigen estos programas de radio y TV, a meter cuñas interminables de “relojes respaldados por la Marina de Suiza” o laxantes para una evacuación feliz y ganarse jugosos churupos. Churupos necesarios para pasar una larga estadía en Miami o en Europa a fin de descargar estrés. ¿Algo que comentar, Marianela? ¿O tú, Marta? Oye, Cesar Miguel, no te hagas el loco...
Por cierto, hay que comentar….
4 Comments:
Como hay que comentar, estoy comentando. Y como hay que recomendar el post, ya lo recomendé.
Mariale - gracias, asi es que HAY QUE comportarse
Jajajajajaja!! que bueno esta tu post, me encanto.Primera vez que visito tu blog... hay que seguir visitandote.
PD: no tengo acentos
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