¿Ética? ¿Moral?
Roberto no es un hombre religioso. Al menos no en el sentido que practique una religión formal. Teóricamente forma parte de los miles de millones de católicos que hay en el mundo de los cuales, de acuerdo a las estadísticas, solo una minoría son realmente practicantes. Recientemente, Roberto asistió a una misa de difuntos. Tenía bastante tiempo que no entraba a una iglesia. La última vez también fue por una misa de difuntos, lo cual comenzaba a preocuparle pues últimamente eran muchas más los funerales a que asistía que a bodas o bautizos.
En el curso de la misa Roberto observó detenidamente como el sacerdote y los feligreses seguían los ritos litúrgicos sin que se viera ningún viso de emoción, sin que se escuchara ningún mensaje que no fuera la lectura mecánica de algunos capítulos de la Biblia y rezos repetitivos.
Después de esa experiencia Roberto tuvo la oportunidad de conversar con un cura, compañero de un seminario sobre filosofía al cual recientemente había asistido. Le decía Roberto:
“Me preocupa la desmoralización de este país. La delincuencia, la corrupción. La continúa búsqueda de lo material. La ética y la moral no parece algo que le preocupe a nadie, ni siquiera a la Iglesia. Un cura es asesinado, tres niños torturados, un empresario muerto, un periodista acribillado. Mientras tanto la venta de automoviles rompe records, los centros comerciales reportan un 45% de aumento en ingresos, los restaurantes llenos hasta los topes. ¿Y la moral? ¿Y la ética? ¿Donde están? ¿Será que soy yo al único que le preocupa?”
“Bueno, Roberto – respondió el sacerdote – en primer lugar la falta de ética y moral no es nada nuevo. No conozco época en la historia de nuestro país donde el materialismo y la corrupción no hayan imperado. Y si sigues las noticias verás que la Iglesia constantemente está denunciando lo que ocurre en el país. Como verás no estas solo”.
“No es lo que yo percibo. - decía Roberto - La Iglesia reacciona a casos puntuales, pero no veo que esté marcando el camino para recuperar los valores morales”.
“Posiblemente tú lo estés viendo en un plano político y no moral o ético y la Iglesia tiene que cuidarse mucho de no verse involucrada en pleitos partidistas” – afirmó el cura.
“No, en formal alguna” – respondió Roberto – “La ética y la moral transciende la lucha política. Un delincuente no le pide el carnet del partido a su victima y a una clínica privada le importa tres pepinos la afiliación política del enfermo. Solo le interesa si el seguro le cubre los millones que le va a cargar a su cuenta o si tiene alguna forma de pagar la cuenta. Ambos son actos inmorales, no políticos”.
"La política y la moral - mencionaba el cura - están intimamente ligadas. No puedes entar en una sin tocar a la otra".
"Mire por donde que yo pienso todo lo contrario. Si alguna vez, posiblemente en la antigua Grecia, la política y la moral contrajeron matromonio, hace milenios que se divorciaron. De hecho no me viene a mi mente sino un solo político con un alto concepto de la moral. Gandhi. Y lo asesinaron. No recuerdo otro más".
"Déjame que te explique - comenzó a responder el cura - .....
Para fortuna del cura, la conversación se interrumpió cuando llegó otro asistente al seminario, dejando a Roberto en la duda acerca de que se puede hacer para recuperar los valores éticos en la sociedad. ¿La Iglesia? ¿O recurrimos a Maria Lionza?.
En el curso de la misa Roberto observó detenidamente como el sacerdote y los feligreses seguían los ritos litúrgicos sin que se viera ningún viso de emoción, sin que se escuchara ningún mensaje que no fuera la lectura mecánica de algunos capítulos de la Biblia y rezos repetitivos.
Después de esa experiencia Roberto tuvo la oportunidad de conversar con un cura, compañero de un seminario sobre filosofía al cual recientemente había asistido. Le decía Roberto:
“Me preocupa la desmoralización de este país. La delincuencia, la corrupción. La continúa búsqueda de lo material. La ética y la moral no parece algo que le preocupe a nadie, ni siquiera a la Iglesia. Un cura es asesinado, tres niños torturados, un empresario muerto, un periodista acribillado. Mientras tanto la venta de automoviles rompe records, los centros comerciales reportan un 45% de aumento en ingresos, los restaurantes llenos hasta los topes. ¿Y la moral? ¿Y la ética? ¿Donde están? ¿Será que soy yo al único que le preocupa?”
“Bueno, Roberto – respondió el sacerdote – en primer lugar la falta de ética y moral no es nada nuevo. No conozco época en la historia de nuestro país donde el materialismo y la corrupción no hayan imperado. Y si sigues las noticias verás que la Iglesia constantemente está denunciando lo que ocurre en el país. Como verás no estas solo”.
“No es lo que yo percibo. - decía Roberto - La Iglesia reacciona a casos puntuales, pero no veo que esté marcando el camino para recuperar los valores morales”.
“Posiblemente tú lo estés viendo en un plano político y no moral o ético y la Iglesia tiene que cuidarse mucho de no verse involucrada en pleitos partidistas” – afirmó el cura.
“No, en formal alguna” – respondió Roberto – “La ética y la moral transciende la lucha política. Un delincuente no le pide el carnet del partido a su victima y a una clínica privada le importa tres pepinos la afiliación política del enfermo. Solo le interesa si el seguro le cubre los millones que le va a cargar a su cuenta o si tiene alguna forma de pagar la cuenta. Ambos son actos inmorales, no políticos”.
"La política y la moral - mencionaba el cura - están intimamente ligadas. No puedes entar en una sin tocar a la otra".
"Mire por donde que yo pienso todo lo contrario. Si alguna vez, posiblemente en la antigua Grecia, la política y la moral contrajeron matromonio, hace milenios que se divorciaron. De hecho no me viene a mi mente sino un solo político con un alto concepto de la moral. Gandhi. Y lo asesinaron. No recuerdo otro más".
"Déjame que te explique - comenzó a responder el cura - .....
Para fortuna del cura, la conversación se interrumpió cuando llegó otro asistente al seminario, dejando a Roberto en la duda acerca de que se puede hacer para recuperar los valores éticos en la sociedad. ¿La Iglesia? ¿O recurrimos a Maria Lionza?.
6 Comments:
Interesante y oportuno post sobre todo en estos días en que estamos viviendo todo un SHOZ polémico sobre la "ética" y la "moral", casualmente de la institución que representa la Iglesia.
Así como "la verdad" tanto la "ética" como la "moral" son subjetivas... en mi opinion, sabes que soy más reactiva, y que creo que todo lo que se pueda poner en uan balanza y tienda a inclinarse según su valoración social me provoca hasta indignación.
Una vez, hace ya exactamente 12 años, me regalaron en el Ateneo, en una feria navideña, un marcalibros que decía:
NO HAY NADA MAS INMORAL QUE HALLAR LA INMORALIDAD EN TODAS PARTES
Basta decirte que aún hoy lo conservo...
Saludos amigo
F!
Quizas el problema sea ese, pretender que los curas y la iglesia sigan siendo los espadachines de la moral y la ética. No sé.
Es un tema demasiado filosófico y encontrarle las causa abre demasiados abanicos. Delincuentes comunes y pequeños=productos de desesperanza; delincuentes grandes y profesionales=productos de valores cambiados; corruptos=producto de la impunidad; etc. etc.(no quiero afirmar nada, solo son ejemplos apurados carentes de profundidad))
Estan dificiles los tiempos para el ciudadano de a pie.
Un gran saludo
Cruz
¿Y Roberto no le puso cachos a su mujer? Porque si no empezamos por la ética y la moral personal no le podemos pedir a los otros que se conviertan en sus guardianes.
Estoy de acuerdo con Malefica acerca de que el ejemplo comienza con la persona misma, pero la infidelidad es un problema de pareja que ocurre en cualquier sociedad. El problema que plantea Roberto es mucho mas profundo pues va al fondo de la ética y la moral en como principios por los que debe regirse una sociedad. Por ejemplo, corrupción existe en todo el mundo y si se trata de casos aislados el problema toma caracteres personales, pero si la corrupción está generalizada, ya no es la enfermedad de unos pocos individuos sino una epidemia que amenaza con destruir dicha sociedad.
Creo que la etica y moral son subjetivas, no hay una idea absoluta para cada uno de esos conceptos, cambian segun su ambiente, son dinamicas, tu veras algo segun la formacion que recibiste, yo veo otra.
En mis clases de etica el profesor decia que debiamos pensar, reflexionar, estudiar, etc etc, y cuando habia un examen tenias que responderle siempre desde Platon, si no te raspaba, es eso etico?, no es etico porque yo pienso distinto y me tratan de imponer a Platon.
Asi que el buscar imponer un solo concepto de etica y moral como lo tratan de hacer muchas religiones es un atropello a la libertad personal y yo no los considero los mas adecuados para hacerlo.
Se debe dar a cada individuo la libertad de decidir cual sera su moral y su etica, y aunque estes en desacuerdo, sigue siendo su moral y su etica.
Hace par de años compré un libro que pasó muy desapercibido en Venezuela y que se llama "El Vaticano contra Dios" Lo compré porque el título me llamó mucho la atención pero sobre todo porque está escrito por un grupo de sacerdotes muy valientes llamados Los Milenarios.
A raíz de los últimos hechos que sacudieron a la Iglesia lo volví a releer.
Lo recomiendo plenamente a todos los católicos con amplio criterio.
Cordial saludo.
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