Adivinen el personaje

De origen humilde, llega al poder por voto popular, con muy poca preparación para el cargo y escasa cultura. Tiene grandes dotes histriónicas y se comunica bien con las masas. Su base política es un socialismo no muy bien definido.

Tan pronto se instala en el poder, declara enemigos a todos sus adversarios políticos. Los acusa de vende patrias y traidores a la nación. Los persigue y encarcela. Elimina sindicatos, partidos políticos y toda fuerza que se le oponga.

Inicia un cambio cultural drástico. Cambia la bandera y el escudo, derrumba estatuas y promueve un nacionalismo moldeado a su capricho. Cambia la historia y ofrece la versión que más le conviene. Crea nuevos símbolos que identifican a él y a su partido como la única y legítima fuerza política de la nación. Considera como idea subversiva toda aquella que no este conforme a su pensamiento (muy escaso, por cierto).

Tiene ideas extrañas sobre la raza a la cual le da una interpretación absurda e irracional.

Cuenta con una inmensa maquinaria de propaganda. Sus mensajes y foto aparecen por todas partes. Desvirtúa las verdades y no hay separación entre lo que dice y lo que miente

Centraliza el poder y convierte en serviles a los órganos de justicia. Ignora la constitución y las leyes. La ley es su palabra. Se rodea de siniestros caracteres que llegan al poder por servilismo, no por méritos.

Crea fervor irracional en las masas. Las fuerzas armadas son repotenciadas y se ofrecen incondicionalmente al servicio del líder.

Tiene un culto extravagante de la personalidad. Es ególatra y narciso. Le encanta los desfiles, la pompa y el servilismo. Se viste de militar con frecuencia.

Sus ideas son irracionales. Una en ellas en particular origina una masiva persecución. Los perseguidos no tienen idea de que se les acusa. Pero son condenados de todas formas.

La absurdidad, el delirio y el desvarío terminan finalmente destruyendo la nación. No quedan sino escombros

El personaje a que me refiero es obviamente Hitler. ¿Algún parecido?

P.D. – La irracionalidad y el poder que puede adquirir un individuo producen sensaciones escalofriantes. Hitler sacó una idea, no sé de donde, que los judíos contaminaban la raza aria y que, por tanto, tenían que ser exterminados. Y la irracionalidad es de tal tamaño que para algo tan absurdo e inhumano, se crea toda una maquinaria de exterminio donde más de seis millones de seres humanos son anquilados en un proceso casi industrial.

La inmensidad de la aberración es tal que le hace a uno temblar cuando alguien comienza a amasar poder y a ejercerlo irrestrictamente.