La historia del descubrimiento de América esta llena de huecos por todas partes. No está claro como Cristóbal Colón, un navegante genovés (y eso tampoco es seguro, pues en aquella época las maternidades de la Seguridad Social era una mierda y posiblemente hayan trastocado los registros y en verdad el tío nació en Alcorcón), se presenta con la cara y le dice a la Isabel de Castilla que le preste unos churupos para buscar una nueva ruta a la India. Anda, jódele. Dado que la Isabel era tacañísima (ella no gastaba en peluquerías y por eso, siempre andaba con unos pelos horribles - ver cuadro), es difícil entender que le diera la pasta, así como así. Es más, la reina para darle los dólares para el viaje a Cristóbal tuvo que empeñar unas alhajas incluyendo un reloj Rolex de oro de Fernando, un collarcito de Cartier y una cartera de Vuitton que le hacía mucho juego con la corona (observar el cuadro de la reina calculando cuanto le va a costar el viajecito) Es obvio que tanta generosidad no se entendería, si no fuese por el hecho que la reina y el navegante se revolcaban juntos en las sábanas reales. Total que el genovés (o de donde coño sea), tan pronto tuvo los traveler checks en el bolsillo se lanzó a la aventura del descubrimiento, el cual estuvo lleno de chorradas.

La primera chorrada fue el error en la escogencia de la ruta. Resulta que los viejos lobos de mar que acompañaban a Cristóbal le dijeron…”si quieres llegar a la India por buena ruta, vete pa’bajo del Puerto de Palos y dobla a la izquierda en el segundo semáforo. ¿Pero que hace el gilipollas del Cristóbal?... pues no se le ocurre otra cosa que cruzar a la derecha y lanzarse al Atlántico, para demostrar que la tierra era redonda (lo cual es una tremenda pachotada, porque si fuera redonda nos estariamos resbalando y cayendo de culo todo el tiempo, digo yo).

La segunda chorrada fue el viaje, pues era obvio que el Cristóbal estaba más perdido que el hijo de Lindbergh y no tenía la menor idea de donde estaban . Asi es que todos los días Colón pregonaba que llegarían a tierra en dos días ante la rechifla de la tripulación que le lanzaban tomates y verduras. Y pasaron meses hasta que un día un tal Rodrigo de Triana, se quitó las gafas para limpiarlas porque pensó que se las habían cagado una gaviota y cuando se las puso se dio cuenta que la mancha era una isla . Finalmente el 12 de Octubre de 1492 (tampoco se sabe con exactitud la fecha, pues Colón nunca pudo comunicar la nueva por celular, pues Movistar no tenía cobertura para zonas ultramarinas) y de un coñazo descubre América (menos mal que el Vespucio anda por ahí, porque sino hubiera sido conocida como Cristobalia y nosotros seríamos cristobalianos, que raya, oye).

Y aquí viene otra chorrada. Para esa época la India era bien conocida y tenía ya una cultura bastante avanzada. Entonces ¿Cómo coño pudo entonces llamar indios a unos tíos y tías en pelotas que lo único que hacían era copular, cazar monos, masticar coca y poner cara de huevones ante las cámaras.

Hay mucha tela que cortar en relación al descubrimiento, pero como se me acabó el tiempo en el cyber se las contaré otro día.