El Parque Carabobo

Mi afición por la fotografía me lleva a frecuentar los parques de Caracas los cuales, en general, cuentan con una flora exuberante y una riqueza en la variedad de plantas y árboles que son un deleite a la vista. El recorrer estos parques le hacen a uno alejarse del caos urbanístico y sumergirse en un mundo que a veces resulta un tanto irreal, pues en ese mundo de cemento y asfalto que es la ciudad, se esconden una pequeña selva tropical donde uno podría fantasear que se encuentra en una expedición en el Amazonas. Y no es exageración. Quien conozca el Jardín Botánico y se adentre en las colinas podrá observar una increíble y espesa variedad de vegetación, no diferente a las de las zonas selváticas de nuestro país.

Lamentablemente con pocas excepciones, entre las que se encuentra muy especialmente el mencionado Jardín Botánico, nuestros parques no están bien cuidados. En estos días fui al Parque Carabobo, el cual cuenta con una arboleda de espectacular belleza. Árboles frondosos con colores intensos, algunos cambiando los matices de sus hojas de verdes a amarillos y rojos. El suelo con una espesa alfombra de hojas caídas que suavizan el caminar. Tiene también esculturas de gran originalidad y encanto. Vi sin embargo, con tristeza, el estado de deterioro en que se encuentra el parque. La basura desbordando los contenedores y esparcida por diferentes áreas. Los espejos de agua que tenían una belleza muy particular, totalmente abandonados, dos de ellos sin agua y con las matas muriendo por la falta de atención. Algunas esculturas rayadas por tarados dejando su nombre para que su imbecilidad no sea olvidada. Y no hablemos de los baños, porque estos están totalmente inservibles y simplemente entrar en ellos es correr el riesgo de agarrar alguna enfermedad contagiosa.

Uno se pregunta, ¿Qué clase de gente es la que administra estos parques que permite tal decadencia? Cuidar un parque del tamaño de los nuestros no es una tarea muy compleja Pero, claro, se supone que quienes están a cargo de esta tarea deberían tener un mínimo de aprecio por la belleza del parque y cierto amor por la naturaleza. Lamentablemente no es así, pues está bien claro que para esta gente el parque les trae sin cuidado y mucho menos los ciudadanos que los visitan. Es simplemente un cambur más. Que mentalidad.

Amor por el país, por su naturaleza y su gente. Eso es lo que desesperadamente necesitamos, pero cada vez se aleja más.