Exceso de velocidad

Cuando se sabe que un cristiano va a exceso de velocidad

¿Como se compra el firmamento?

En 1854 el gobierno americano ofreció a un jefe indio llamado Seattle comprar una vasta extensión de tierras indias, prometiendo crear una “reservación” para el pueblo indígena. La respuesta del jefe indio ha sido descrita como la declaración más bella y más profunda jamás hecha sobre el ambiente. Parte de esta respuesta es:

¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún calor de la tierra?

Sino somos dueños ni de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Cómo pueden Uds. comprarla?.

La tierra no pertence al hombre, el hombre pertenece a la tierra.

Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi familia. Cada brillante árbol, cada grano de arena, cada gota de rocío en los oscuros bosques y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva la memoria de los pieles rojas.

Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el caballo, el venado y el gran águila son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y del hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles o como aletean los insectos. Pero quizás debe ser que como soy un salvaje no comprendo nada.

El árabe

Filosofando que es gerundio

Inicié hace una semana un curso sobre la historia de la filosofía, la cual no significa, ni muchísimo menos que personalmente tenga inclinaciones hacia ésta rama del saber, pero me convencieron de lo interesante que es el curso y particularmente el instructor, el Dr. Francisco Rivero. No me arrepiento pues, efectivamente, el Dr. Rivero es un excelente expositor que hace posible el entendimiento de una materia tan compleja en neófitos como yo. El tema que vimos en la última clase se refería a la pérdida de la virtud en los tiempos modernos. Y esto me trae a la mente una frase que ya mencioné en otra ocasión del escritor inglés John Le Carré, quien muy acertadamente afirma “que se necesita ser un héroe, para ser hoy en día una simple persona decente”.

Y es cierto lo que afirma Le Carré, pues en materia de hombres públicos no me viene a la mente ningún personaje que se haya destacado en la práctica de la virtud, posiblemente con la excepción de Mathama Gandhi, quien entre muchas de sus frases célebres dijo:

"no hay camino hacia la paz, la paz es el camino"
"un error no se convierte en verdad por el hecho que todo el mundo crea en él"

La virtud es un término equiparable a la ética y abarca muchos conceptos entre ellos la integridad, la honestidad, la búsqueda de la verdad y la justicia y otros elementos. Sin embargo, mirando a mi alrededor, me luce que la simple lucha diaria por la existencia impide la práctica de ésta. La integridad y honestidad están en franca contienda con la necesidad de subsistir. Y en cuanto a la justicia ya vemos como hasta en los países avanzados, ésta depende del poder que tenga el enjuiciado y el dinero que disponga para conseguirse los abogados más hábiles. De hecho mi experiencia profesional me ha llevado a conocer un poco el sistema judicial americano y las opiniones de algunos abogados en este país. Recuerdo que en un almuerzo con varios de ellos se me ocurrió mencionar la necesidad de impartir justicia en el caso que nos ocupaba, a lo cual me respondieron "olvídate de la justicia, equidad y demas pendejadas, en los juicios lo que priva no es la verdad sino la apariencia y quien gana los pleitos no es sino el que tenga mayor habilidad para manipular la justicia". El juicio de O.J. Simpson es un caso típico

Pero siguiendo con la filosofia, la disparidad entre la ética, tal como lo veían los filósofos griegos y la realidad de la vida actual no puede ser más pronunciada. Los griegos veían al hombre como un ser que en la práctica de la virtud lograban la plenitud de su existencia. ¿Conocen a alguien enfrascado en esa tarea?

(Por cierto, el busto que aparece en la imagen es de Aristóteles, no Onassis, el fallecido multimillonario en dinero, sino el otro, multimillonario en ideas)

La desesperacion callada.

En alguna parte leí una frase que se me quedó grabada, si bien no el nombre del autor y decía que “la mayoría de la gente llevaba una vida de desesperación callada”. No estoy ciertamente en condiciones de ratificar o negar dicha afirmación, pero leyendo un post de Griselle sobre la búsqueda del camino mas acertado para uno, no dejo de reflexionar de cuanto seres humanos son el producto de un acondicionamiento que les viene desde la infancia y siguen el camino que les traza las circunstancias y no el camino que debía dibujar su voluntad. El poema de Antonio Machado “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” refleja en un simple frase toda una filosofía de vida. A los que el pre-acondicionamiento les fija la ruta y no ven sino lo que tienen en frente, sin echar una mirada a su alrededor, les toca llevar una vida de “desesperación callada”. Otros más afortunados, ven continuamente la oportunidad de ensayar y como decía Frank Sinatra en su conocidísima canción “My way” , “tuve fracasos, pero todo lo que probé y no me gustó, lo escupí inmediatamente”.

El punto está, por supuesto, en cuanto es lo que nos tragamos y no nos gusta, cuales son los caminos que recorremos y que odiamos y cuantas son las ilusiones que dejamos pasar por no nos atrevemos a seguirlas. Pues el marcar uno su propia ruta requiere coraje, a veces sacrificios y también fracasos, pero en realidad se trata del único camino, sino a la felicidad – un término muy ambiguo – al menos el camino a la esperanza y la paz con uno mismo. Y no todos estamos dispuestos a vivir la aventura.

Y sigo dándole a la cirugía estética

En mis post anterior me refería a la cirugía estética y al efecto nefasto que ésta podría tener sobre la expresión (o falta de expresión) y el reflejo en la personalidad de quien se haya sometido a dicha cirugía. Siguiendo con este asunto me voy a referir a la cirugía de los senos, porque no se si es que yo tengo los cables trastocados y el volumen teteril no lo asocio con la estética, o es que algunas mujeres consideran que cuando mas grandes y más redondos sean los senos mas atractivos. Es por eso que he visto con frecuencia a mujeres contoneándose con grandes escotes y un par de toronjas que van como gritando “que buena estoy y que buenas tetas tengo”. Bueno, por mi parte me declaro totalmente partidario de los senos relativamente pequeños y con la forma que les da la naturaleza. Por supuesto esto algo totalmente subjetivo e inclusive cultural. Los gringos, por ejemplo, a pesar de ser principalmente de descendencia anglosajona (aunque dentro de poco van a tener mas sangre azteca y mestiza de la que jamás se pudieron imaginar), en cuanto a su inclinación sobre la belleza femenina son totalmente “teutonicos”, no pretándole tanta atención a la zona “culérica”. Es por eso que los implantes en USA excedan ya el tamaño de toronjas y vayan al camino de sandías. En este sentido creo que debemos reconocer que los latinos le llevamos una morena a los gringos, pues si bien es verdad que admiramos un senos bellos, también nos gusta un buen culo.

(me he visto obligado a repetir la fotografia que tengo en un post anterior, pues ilustra perfectamente a que me refiero)

esa cirugia estética

La cirugía estética es sin lugar a duda una de las ramas de la medicina que mas dinero produce. La necesidad imperiosa de mucha gente de quitarse unos cuantos años de encima o mejorar su aspecto, ha dado lugar a una proliferación de institutos y clínicas de belleza donde hombres y mujeres se someten al bisturí para lucir más jóvenes o corregir alguna deficiencia física. Esto no es nada criticable, excepto cuando el afán de corregir imperfecciones producidas por los años o por la naturaleza, pasan ciertos límites y resulta que la personalidad se escapa junto con los cortes del bisturí.

Recientemente vi a una presentadora de televisión y pregunté que quien era ella. Me dijeron, esa es fulanita que se hizo la cirugía. ¿Cómo? ¡No lo creo! Y no es que luciera mal, no, no era eso, es que simplemente era otra persona diferente a la que yo había visto anteriormente. Tan diferente que no la reconocí.

El problema, particularmente con la cirugía facial, es que no es ciencia sino arte. Y el arte consiste en hacer correcciones que mejoren la apariencia de la persona, sin robar su expresión, que a su vez es un reflejo de su personalidad. Pero esto raramente ocurre. Con muy pocas excepciones, las personas que conozco personalmente y los artistas de ambos sexo que muestran clara evidencia de cirugía, lucirán más o menos bien, pero ciertamente no son la misma persona que eran anteriormente. Sus caras han perdido su personalidad. Y aquí es donde entra el arte de la cirugía estética. Quien le ha hecho la cirugía a Cher, por ejemplo, es un verdadero artista. La mujer luce 20 años mas joven, pero su cara no ha cambiado. Quien se la hizo a Julie Andrews le dio una cara nueva que mas bien parece una máscara.

No se me olvida hace algún tiempo que un compañero de trabajo decidió hacerse alguna cirugía en los ojos y la cosa estuvo tan mal hecha que le pusieron el apodo de “El Buho”, pues, en efecto, los ojos le quedaron como si le hubieran inmovilizados los párpados.

Por mi parte, no me vendría mal algunos toques quirúrgicos. Lo que no estoy seguro es si dichas intervenciones incluyen el costo de quitarme la cara de arrechera cuando me presenten la cuenta.