Tuesday, May 30, 2006

Despelote Parte III


Como he venido describiendo en posts anteriores, el despelote en Venezuela no es un hecho fortuito o casual. Los conquistadores españoles nunca se dieron cuenta del peo en que se estaban metiendo en esa descubridera en la cual andaban empeñados. Lo cierto es que las intenciones originales de los hispanos, al igual que los sajones en Norteamérica, era la de hacerse ricos lo más pronto posible a costa de los indígenas.

Como bien se sabe, la tradición europea, ya entronizada en el mundo griego y romano, era que las clases altas estaban llamadas a dirigir, a conquistar o a discutir profundas pendejadas, como es el caso de los griegos. El trabajo no era una ocupación digna y por tanto se relegaba a las clases inferiores o los esclavos. De hecho todavía se puede observar que esa tradición no se ha perdido completamente. Basta echarle un vistazo a la revista Hola o los miles de clones que se publican en la Madre Patria, para darse cuenta que las clases altas y aristocráticas europeas siempre andan de bonche recreacional, sonriendo a la cámara con un bronceado que no se como puñetas les dura todo el año. Se les puede ver en invierno esquiando el Suiza, en primavera en un yate en el Pacifico Sur, en verano en Mallorca y en otoño en cualquier capital europea discoteando. Todavía no llego a entender totalmente que placer encuentran los lectores de estas revistas viendo a todo estos parásitos dándose la buena vida, mientras uno tiene que hacer milagros financieros para pasar un fin de semana en Margarita.

Pero siguiendo con la narrativa, resulta que los conquistadores españoles no eran ajenos a esa tradición, excepto que contrario a los sajones, no tomaron en consideración el efecto “braguetazo” que se iría a producir en sus aventuras por el nuevo mundo. En efecto, los sajones siempre vieron con desprecio a los nativos, nunca mezclándose y llegando al punto de casi extinguirlos. Los españoles, por el contrario, no podían ver un culo moreno que no trataran de echarle mano. De aquí es que viene el mestizaje y el cachondeo por tradición, pues malamente podía los señores encopetados criollos mantener cualquier tipo de organización seria en su casa o fuera de ella, cuando no podían mantener la libido en control ante el contoneo de las nalgas criollas. Cuando los sajones del norte ya tenían una constitución, nosotros teníamos un inmenso despelote. Y lo peor de todo es que lo gozaban.

Friday, May 26, 2006

El despelote del descubrimiento


Después de varios días de bastante trabajo regreso a mi verdadera vocación que es divagar en el espacio bloguérico y hacer de la habladera de pendejadas un arte sublime. . Pues bien, remontándome a mi ultimo post, hablaba yo del despelote caribeño y lo sabroso que es para muchos hacer lo que les sale del forro, ya que en esto encuentran la esencia de la auténtica libertad (tengo un amigo holandés que afirma alcanzar sensaciones orgásmicas al dar una vuelta en U en la Av. Francisco de Miranda, sensación que puede llegar hasta el nirvana cuando hay un policía presente). Pues bien, ahondando en el tema, quisiera comentar que el despelote no es algo que surja en forma espontánea, sino que necesita, al igual que el buen brandy, muchos, muchísimos años de maduración. La evolución del despelote y la civilización occidental van a mano a mano, pero por caminos opuestos (como se puede ir mano a mano y por caminos opuestos, no tengo la menor puñetera idea, pero suena profundo). Y el ejemplo mas elocuente lo tenemos en el descubrimiento de nuestro país de lo cual paso a comentar.


El 14 de Noviembre de 1499 un tal Alonso de Ojeda, acompañado de su pana Américo Vespucio, llegaron a la parte septentrional de nuestro país después de haberse mandado un danzón en la isla Hispaniola. . Dicen cronistas de la época que ambos cargaban una curda (pea, en términos locales) fenomenal y que cuando la nao capitana enfiló por las orillas de lo que es hoy en día el Lago de Maracaibo, vieron casas flotantes y creyeron, en su coma etílico, encontrarse en Venecia. Como no lograban ver la Plaza de San Marcos y la población local no estaba tan emperifollada como los venecianos (a decir verdad creo que andaban en pelotas, pero no me hagan mucho caso) los muy hijopútamos nos endilgaron el nombre de Venezuela, es decir una Venecia venida a menos.

El asunto es que el despelote comenzó desde el momento del desembarco. Alonso, seguido de Américo, quiso darle carácter de descubrimiento al asunto, pero cuando después de plantar el pendón y poner rodilla en tierra, que era lo que se acostumbraba, quiso dirigir unas palabras a la concurrencia, no se dio cuenta que un indio arahuaco le había puesto un petardo en la armadura, el cual explotó resonantemente, chamuscándole la perilla al insigne descubridor, quedándole la cara como una mapache. Y así comenzó la historia de nuestro despelote. De ahí en adelante, como entenderán, nunca hubo forma de mantener la seriedad en nuestro país.

Thursday, May 18, 2006

El despelote caribeño


El despelote caribeño es una de las expresiones máximas de libertad. Es por esta razón que nuestro país sea tan tractivo para los europeos, particularmente para holandeses, alemanes, suizos, belgas, escandinavos y otros, los cuales una vez que han pisado nuestra tierra no hay forma en que quieran regresar a Europa. En efecto, estos pobres ciudadanos tienen la vida tan reglamentada que cuando ven un despelote se les van los tiempos. Y no es para menos. Si Ud. vive, digamos en Ginebra, puede con absoluta confianza poner en hora su reloj por la llegada de cualquier autobús urbano. Claro, no se le ocurra ni de vaina no digamos pisar, sino apenas rozar, con su carro el paso de peatones, porque la bronca que va recibir de los indignados ciudadanos va a ser de película. Y posiblemente una multa. Y si es extranjero hasta expulsión le sale.

El concepto de libertad en el despelote caribeño se basa en que en nuestro país no existen normas, leyes, constituciones, ni cualquier engendro legal, de estricto cumplimiento. El despelote con sabor a caña brava implica opciones, no obligaciones. Para poner un ejemplo, tomemos la luz roja en un semáforo. En los países retardatarios capitalistas e imperialistas la luz roja indica que Ud. debe obligatoriamente y sin derecho a pataleo, frenar totalmente su automóvil y espera a que la luz le salga del forro tornarse en verde, momento en que lenta y pausadamente a Ud. le está permitido arrancar. Ahora, díganme sinceramente, si esto no son ganas de joder al prójimo. Ud. que se ha tomado la enorme molestia de parar totalmente (nada de dejarlo correr un poquito, no, no, totalmente) su vehículo, y ¡ ni siquiera puede picar caucho cuando la luz roja está a punto de ponerse en amarilla!!!!! En el despelote caribeño, sin embargo, las cosas son muy diferentes. Es decir se entiende correctamente que la luz roja es una opción. Y de acuerdo a como me sienta hoy de arrecho me las voy a comer todas o algunas. Es decir tengo la opción de pasar o no pasar con la luz roja. Claro siempre hay algún elemento o elementa que nos mencione aquello acerca de nuestra progenitora, pero de ahí no pasa la vaina. Si hay algún policía por los alrededores, es posible que en un arranque de dinamismo hasta toque el pito. Pero esto es poco probable, pues hay que sacar el pito, llevárselo en la boca y, sobre todo, hacer el esfuerzo de soplar. Y lo peor es que el conductor en un ataque de verdadera locura se pare y le haga caso al fiscal. Imagínense, el pobre funcionario va a tener que dejar la sombra del árbol que le cobija, y dejar de estar mirándole el culo a la trigueña que esta pasando en ese momento, para caminar hasta donde el idiota ese se le ocurrió pararse. Y después dicen que la matraca es un delito. Nadie piensa en el esfuerzo que tiene que hacer el policía.

Claro que siempre están los intelectuales que afirman que en la esencia del despelote está nuestro atraso. Que en los países desarrollados los hospitales funcionan, así como el transporte y el aseo urbano. Que hay poca delincuencia Que las calles y plazas están limpias. Que no hay buhoneros. Que el ingreso per cápita es seis veces el nuestro ¿Será que se nos está yendo la mano en eso del despelote?. Quién sabe.

Monday, May 15, 2006

Definición de amor

Thursday, May 11, 2006

Noticias sorprendentes

Esto que les voy a contar es absolutamente cierto, créanme:

- En la revista que publica la Escuela de Medicina de Harvard anuncian en su número de Abril que un equipo de investigadores de dicha escuela han descubierto que la frecuencia de intervenciones de cirugía estética está directamente ligada a ataques intempestivos de flatulencia. Los estudios realizados al respecto demuestran que cuando una persona se somete a repetidas cirugías que implican trasplante de piel o estiramiento de ésta, se produce un déficit de este tejido. Es decir se produce lo que ellos denominan “a skin shortage situation”; en otras palabras la persona queda corta de piel. Esto origina que, por ejemplo, al cerrar los ojos y estirar los párpados, se produzca una apertura de esfínteres y situaciones sociales altamente embarazosas.

- El gobierno venezolano que nunca se ha caracterizado por su eficiencia, ha demostrado, sin embargo, dar últimamente muestras de una gran creatividad. Enfrentados al problema de los continuos derrumbes de tierra en la sección que llaman “La Trocha” de la autopista a La Guaira, los cuales producen interminables colas y pueden interrumpir el libre tránsito terrestre por varios días, el Ministro de Infraestructura ha anunciado la puesta en marcha de una nueva iniciativa la cual va a ser denominada como “Misión Rosario”. Expresa el ministro que tan pronto se produzca un derrumbe, un grupo de damas denominado “beatas bolivarianas” se congregaran en diferentes iglesias y capillas y rezarán fervorosamente el rosario. Explica el ministro que dado que la fe mueve montañas, estos rezos puede mucho más fácilmente mover escombros. ¿o no?

Wednesday, May 10, 2006

Educación ¿Que educación?


Mi hijo de 20 años que estudia 3er. año de Comunicación Social es un muchacho bastante normal. Suministra la adecuada dosis de quebraderos de cabeza que cualquier adolescente provee. Pero últimamente anda un tanto arrecho. Y tiene razón. Resulta que en la Universidad es mucho más el tiempo que le dedica a pasar exámenes y a maldigerir información, que ha discutir ideas. Por esta razón considera que jugar Nintendo resulta tan productivo como aprender la fecha en que llegó a la pubertad Napoleón. Excepto que es más divertido.

Haciendo un repaso por mi archivo mental caigo en cuenta que la inmensa mayoría de la información que procesaron mis neuronas en mi época de estudiante han pasado al modo Alzaheimer. Recuerdo vagamente que América fue descubierta por Colón el 12 de Octubre de un mil cuatrocientos noventa y tantos, ya que esa fecha la conmemoraron los seguidores de Chávez tumbando la estatua de Cristóbal y arrastrándola por el pavimento como se arrastra a cualquier dictador que no tuvo tiempo de hacer las maletas.

De hecho puedo afirmar que en mi peregrinaje por las aulas solo hubo un profesor a cuyas clases asistía con más asiduidad que a la tasca que quedaba en la esquina de la universidad. Este fue el padre Pernaut, fallecido hace ya algunos años, quien tenía la rara habilidad de hacer de un tema tan aburrido, como es el punto de equilibrio de la oferta y la demanda, toda una juerga de ideas que fascinaba a la audiencia.

Y esto es lo que precisamente la mayoría de los educadores no logran entender. La simple transmisión de información no es suficiente, por más que sea necesaria. Me importan tres pepinos si América fue descubierta el 12 de Octubre o el 7 de Julio, San Fermín. El proceso de mestizaje; el encuentro de tres culturas y razas, es lo fascinante.

Recientemente el Dr. Francisco Rivero, profesor de filosofía, indicaba muy acertadamente como paulatinamente la educación se dirigía hacia la manipulación de información y como se apartaba de los aspectos humanísticos. La escuela o la universidad, en el mejor de los casos, me prepara técnicamente, pero no me enseña a vivir, a pensar, a desarrollar ideas, a sentir, a vibrar o a hacer de mí un ser universal en plena comunión con el mundo que me rodea.

De aquí que la educación como tal haya pasado sin pararse en nuestro andén y que se mida el éxito de una persona en términos del saldo de su cuenta bancaria.

La crisis de la educación es mundial, al punto que está tomando caracteres de epidemia. Y como ejemplo cito lo que leí recientemente en un artículo donde se afirma que más del 50% de los alumnos en las escuelas de Estados Unidos admiten copiarse regularmente en los exámenes. Vaya Ud. a saber si el otro 50% también lo hace, pero no lo admite

Tuesday, May 09, 2006

La Sociedad de los Poetas Muertos



Vi recientemente una película, estrenada ya hace varios años, llamada “La Sociedad de los Poetas Muertos” que narra como un profesor de literatura de una escuela secundaria muy exclusiva, rompe con las tradiciones y las ataduras de una educación pre-programada e inculca en sus alumnos la idea de la libertad. Una de las frases que cita el profesor es “Vive la vida ahora, no sea que cuando mueras, te des cuenta que nunca has vivido”. Es claro en la película, que el concepto de disfrutar de una vida plena y la libertad de escoger el propio camino, van unidos íntimamente. Y creo que es cierto, pues solo concibo a una persona, no ya feliz (un término muy complejo), sino simplemente contenta, como aquella que libremente ha elegido el rumbo que tomará su vida.

Lo anterior implica para la persona darle forma voluntariamente a su mundo (oficio, pareja, amigos, lugar de residencia, entre otros), sin presiones externas, ni tampoco internas. Menciono estas últimas, pues la voluntad de hacer se puede ver frenada, lo cual es frecuente, por la carga emocional, los prejuicios y las actitudes predeterminadas o inculcadas del individuo. Esta persona no es esclavo del mundo que le rodea, sino de sus propios demonios.

Pero como ocurre en la película, la libertad de hacer está llena de escollos y a veces de drama. Uno de los alumnos se suicida ante la inflexibilidad de su padre que impide que el muchacho realice su vocación, ser actor. Como es de esperarse la culpa del suicidio se la achacan al profesor, quien es expulsado de la escuela. La sociedad no ve con buenos ojos la expresión de libertad del individuo.

La libertad también se ve coartada por lo que Ortega y Gasset menciona como: “Yo soy yo y mis circunstancias”. Lo cual es cierto. Mi libertad de elegir con frecuencia se ve limitada por la situación que me rodea, sobre la cual puede que no tenga control. El punto aquí es si esta situación es obra de uno mismo o del mundo exterior. Ambas inciden y frecuentemente se confunden, particularmente cuando nos dejamos llevar por los acontecimientos externos y no hacemos nada al respecto.

Lo que no cabe duda es que el individuo que rompe con el molde impuesto por una voluntad que no sea la suya y fija su propio camino, siempre irá en dirección a vivir una vida plena. Como decía Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. El asunto es emprenderlo.

Monday, May 08, 2006

El Código Da Vinci


En las próximas semanas se estrena la película el “Código Da Vinci”, la cual está basada en uno de los fraudes más descarados que en materia literaria se hayan producido últimamente. En la novela con el mismo nombre, al autor, Dan Brown, asegura categóricamente que los datos que aporta sobre historia y arte en su obra son auténticos. Afirma Brown, que Jesús tuvo como compañera sexual a María Magdalena y que sus hijos, portadores de su sangre, son el Santo Grial, fundadores de la dinastía Merovingia en Francia (y antepasados de la protagonista de la novela).

Se manda también el autor alegando que Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris) y que los primeros seguidores de Jesús adoraban "el sagrado femenino"; esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios.

Añade Brown que la Iglesia Católica supuestamente persiguió a los adoradores de lo femenino, matando millones de brujas en la Edad Media, destruyendo todos los evangelios gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro evangelios que les convenían bien retocados. En la novela, el Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: que el Grial son los hijos de Jesús y la Magdalena y que el primer dios de los "cristianos" gnósticos era femenino.

El que la Iglesia Católica ande echando chispas por esta versión particular del cristianismo, no es de extrañar, pues de haber sido cierto la inventiva del autor, la base de la religión cristiana se desmoronaría.

Pero en realidad la obra no es otra cosa sino un tremendo fraude. Hay que estirar mucho la credibilidad del lector para aceptar afirmaciones tales como que Walt Disney fue uno de los guardianes del Santo Grial y que por esta razón la Sirenita tiene el cabello color rojo, al igual que presuntamente lo tenía Maria Magdalena (teoría que asoma el autor al referirse que en el cuadro “La Última Cena” de Da Vinci, el personaje sentado a su derecho tiene el cabello rojo y que no se trata de un apóstol, sino de Maria Magdalena “mesma”. (¿Basado en qué? ?????).

El éxito de la obra, por tanto, (y de aquí la trampa) se basa en haberla vendido como producto de investigación histórica y trabajo serio de documentación, no como una novela de historia-ficción como muchas otras. Pero los errores, invenciones y tergiversaciones abundan por toda la novela, a lo cual debemos añadirle las múltiples situaciones jaladas por los pelos que hacen de ésta un versión más de "Misión Imposible".

Lo que me llama la atención es que la credulidad de la masa haya logrado que una obra tan evidentemente engañosa y mediocre haya tenido tanto éxito, al punto que se han vendido más de 30 milllones de ejemplares y que como consecuencia de las extravagantes teorías de Brown, las ventas de libros pseudohistóricos sobre la Iglesia, los evangelios gnósticos, la mujer en el cristianismo, las diosas paganas, etc. se hayan disparado.

Afortunadamente para los lectores de este mundo, la popularidad de Brown como autor no ha subido como su cuenta corriente bancaria, pues sus otras obras han resultado un fiasco. Es decir, nada diferente de lo que sería el Código Da Vinci, sino hubiera prendido la incomprensible polémica que suscitó.

Friday, May 05, 2006

Otro día más


A las seis de la mañana Caracas es un desmadre de tráfico. Cuando en otras ciudades del mundo todavía están durmiendo, nosotros ya estamos derrochando adrenalina por el huevón de adelante que va a paso de tortuga y el coño’e mae de atrás que nos toca la corneta para que nos comamos la luz roja. Sin mencionar los conductores kamikaze adolescentes y los que cargan poderosas naves 4x4, quienes por razones desconocidas, consideran saludable descargar su agresividad con el pobre diablo que anda en un Corsa.

Sin embargo, para calmar mi ánimo, siempre acudo a la ayuda de la radio. Pongo a Cesar Miguel Rondón en la 99.9 FM. Peo con Perú. Nos vamos a la 101.5. Evo nacionaliza el gas y Lula y Kitchner afirman que la integración latinoamericana va, si bien todos saben que Evo los ha jodido. Viramos hacia la 99.1. Mingo da un parte de guerra sobre la delincuencia desatada. Golpe de botón y llegamos a la 90.3 y ¿quien está ahí? ¡Marta Colomina! Ñooooo!!!!. Que si Chávez, esto. Que si Chávez, lo otro. Peo con Nicaragua Tímidamente llego a la 91.1 y oigo música de Mozart. Guau!!!! Esto si es relajante. Dura tres minutos. Es la Radio Nacional de Venezuela, quienes se lanzan con el noticiero del día. Interesante por cierto, pues informan que el CNE en su afán de utilizar la tecnología de punta ha anunciado que para las próximas elecciones no necesitamos salir a la calle y llevar sol como una teja en las colas para votar. No, ahora el voto se dará por teléfono. Una voz femenina muy dulce en una grabadora nos dirá…Introduzca su número de cédula. Apriete el uno, si vota por Chavez.. Apriete el culo y corra, si intenta votar por alguien más. NOOOO! NO QUIERO OIR MAS POLITICA!!!!! QUIERO MUSICA, ANECTOTAS, CULTURA. QUIERO ALGO QUE ME ENTRETENGA, QUE ME ILUSTRE. Pero ni modo!! Uno brinca de estación en estación y lo único que oye son noticias, comentarios de internacionalistas (por cierto, ¿qué vaina es un internacionalista?), entrevistas a esa nueva generación de políticos que jamás salen a la calle, pues parece ser que no pueden articular palabras sino tienen aire acondicionado. En fin, seguimos cambiando estaciones.

Caigo finalmente en la 92.9. Parece diferente. ¿Queeeeee? No lo creo. Pues si. Dos adolescentes que se autodenominan “cuaimas” narran con todo lujo de detalles las posiciones del Kama Sutra y la importancia del tamaño del pene en la horizontalización. Muy instructivo!!!. Viva la “curtura”. Como dice Phil Collins, “Just another day in Paradise….”.

Thursday, May 04, 2006

La personalidad de las empresas

Al igual que las personas, las empresas tienen su personalidad propia. Hay empresas bonachonas, paternalistas, indiferentes o apáticas. Hay otras de carácter más equilibrado donde la agresividad y el paternalismo se balancean. También existen las de carácter agresivo, las que se hacen paso a codazos en el mundo de los negocios, buscando, no la excelencia, sino la mayor ganancia, no importa el costo humano que ésta represente. Inclusive hay compañías castrantes, en donde la burocracia se encarga de estrangular cualquier iniciativa del individuo.

Hoy quisiera referirme a dos empresas en las cuales trabajé, ambas con personalidades contrapuestas. Una de ellas tenía carácter equilibrado. Era (y sigue siendo) un compañía muy exitosa, agresiva, o mas bien diría dinámica, a la hora expandir sus negocios o de buscar nuevas tecnologías o simplemente de encontrar la forma de hacer mejor las cosas. El dinamismo de la empresa se basaba en la autorrealización de su gente. Y no es que fuese una corporación complaciente o indulgente. No, pero los errores se corregían en forma firme, pero no humillante.

Recuerdo que en una ocasión cometí una indiscreción y mi jefe en una forma tajante me lo hizo saber. Sin embargo yo salí de su oficina, no consternado por el error cometido, sino con el sentimiento de haber aprendido una buena lección. En otra ocasión en una reunión de gerencia fui personalmente atacado injustamente por un vicepresidente de otra división y como es lógico, mi reacción fue un tanto vitriólica. Pero él se dio cuenta de su error y poco después fue a mi oficina a pedir disculpas, las cuales, por supuesto acepté sin que quedara enemistad alguna.

Atraído por un canto de sirenas que me murmuraban al oído mayores retos, mayores ingresos y un futuro sin límites, decidí ingresar a otra empresa, muy exitosa también, pero cuyos logros se basaban en una actitud diferente. Apenas pasaron unas semanas cuando me di cuenta que me había metido en la boca del lobo. La agresividad en esta empresa no tenía fronteras. En el primer año de mi labor vi más cambios en la organización que en los 17 años que trabajé en la anterior compañía. Aún reconociendo la profesionalidad y eficiencia de su gente y de la organización, el ambiente era cáustico. Se promovía el carácter agresivo del cual había que hacer muestra constantemente, así la personalidad de uno fuera más apacible. Por supuesto el nivel se stress era altísimo. El carácter de esta empresa puede vislumbrarse cuando se considera que el equipo gerencial que la llevó de un estado de cuasi-quiebra a obtener ganancias de millones de dólares en pocos años, todos, sin excepción, salieron de la organización cuando ésta estaba en su mayor auge.

Este tipo de empresas pueden ser exitosas, sin duda, pues su agresividad tiene el efecto de aplanadora en el mundo de los negocios y esto, frecuentemente, resulta efectivo. También son empresas que corren altos riesgos movidos por las ambiciones desmesuradas de sus ejecutivos. Cuando entré en esta empresa la casa principal en el exterior había cometido una serie de imprudencias que casi les llevó a la bancarrota. Pero lejos de aprender la lección, después de recuperarse, cayó nuevamente en actos descomedidos y hasta ilegales que le costaron miles de millones de dólares en multas y pagos de daños y perjuicios.

Un elemento interesante de estas empresas hiper-agresivas es la facilidad con que su gente se cae a mentiras. Recuerdo las muchas reuniones en donde asistí en las cuales se presentaban información sobre encuestas donde, por ejemplo, se demostraba el altísimo grado de satisfacción del cliente. Dado que no me merecían mucha credibilidad, me tomé la molestia de visitar varias oficinas y agencias donde no fuese conocido y observé, como el trato al cliente era malo, rayando en pésimo. Lo curioso es que se repartían honores y premios basados en puras mentiras. Y lo más curioso, es que años después que saliera de la empresa, el servicio sigue siendo malo. Pero estoy seguro que se siguen cayendo a premios.

Wednesday, May 03, 2006

lo que toda oficina necesita


No es mala idea!!!!

Monday, May 01, 2006

¿Ética? ¿Moral?

Roberto no es un hombre religioso. Al menos no en el sentido que practique una religión formal. Teóricamente forma parte de los miles de millones de católicos que hay en el mundo de los cuales, de acuerdo a las estadísticas, solo una minoría son realmente practicantes. Recientemente, Roberto asistió a una misa de difuntos. Tenía bastante tiempo que no entraba a una iglesia. La última vez también fue por una misa de difuntos, lo cual comenzaba a preocuparle pues últimamente eran muchas más los funerales a que asistía que a bodas o bautizos.

En el curso de la misa Roberto observó detenidamente como el sacerdote y los feligreses seguían los ritos litúrgicos sin que se viera ningún viso de emoción, sin que se escuchara ningún mensaje que no fuera la lectura mecánica de algunos capítulos de la Biblia y rezos repetitivos.

Después de esa experiencia Roberto tuvo la oportunidad de conversar con un cura, compañero de un seminario sobre filosofía al cual recientemente había asistido. Le decía Roberto:

“Me preocupa la desmoralización de este país. La delincuencia, la corrupción. La continúa búsqueda de lo material. La ética y la moral no parece algo que le preocupe a nadie, ni siquiera a la Iglesia. Un cura es asesinado, tres niños torturados, un empresario muerto, un periodista acribillado. Mientras tanto la venta de automoviles rompe records, los centros comerciales reportan un 45% de aumento en ingresos, los restaurantes llenos hasta los topes. ¿Y la moral? ¿Y la ética? ¿Donde están? ¿Será que soy yo al único que le preocupa?”

“Bueno, Roberto – respondió el sacerdote – en primer lugar la falta de ética y moral no es nada nuevo. No conozco época en la historia de nuestro país donde el materialismo y la corrupción no hayan imperado. Y si sigues las noticias verás que la Iglesia constantemente está denunciando lo que ocurre en el país. Como verás no estas solo”.

“No es lo que yo percibo. - decía Roberto - La Iglesia reacciona a casos puntuales, pero no veo que esté marcando el camino para recuperar los valores morales”.

“Posiblemente tú lo estés viendo en un plano político y no moral o ético y la Iglesia tiene que cuidarse mucho de no verse involucrada en pleitos partidistas” – afirmó el cura.

“No, en formal alguna” – respondió Roberto – “La ética y la moral transciende la lucha política. Un delincuente no le pide el carnet del partido a su victima y a una clínica privada le importa tres pepinos la afiliación política del enfermo. Solo le interesa si el seguro le cubre los millones que le va a cargar a su cuenta o si tiene alguna forma de pagar la cuenta. Ambos son actos inmorales, no políticos”.

"La política y la moral - mencionaba el cura - están intimamente ligadas. No puedes entar en una sin tocar a la otra".

"Mire por donde que yo pienso todo lo contrario. Si alguna vez, posiblemente en la antigua Grecia, la política y la moral contrajeron matromonio, hace milenios que se divorciaron. De hecho no me viene a mi mente sino un solo político con un alto concepto de la moral. Gandhi. Y lo asesinaron. No recuerdo otro más".

"Déjame que te explique - comenzó a responder el cura - .....

Para fortuna del cura, la conversación se interrumpió cuando llegó otro asistente al seminario, dejando a Roberto en la duda acerca de que se puede hacer para recuperar los valores éticos en la sociedad. ¿La Iglesia? ¿O recurrimos a Maria Lionza?.
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